jueves, 9 de octubre de 2008

La inocencia le valga

La Bugui (que, para quienes no sepan es mi sobrinita de dos años que se llama Helena) tiene un vecinito/amigo/compañerito del jardín maternal. Se llama Tomás, más conocido como Tomi. Es el único amiguito con el que no pelea, y ella es la única con la que no pelea él, por lo que pasa mucho tiempo en la casa de mi hermano.

Hace un par de semanas fui a pasar un domingo ahí, y los veía a la tarde jugar en el patio.

-Heladoooos! Vendo heladooos señoraaaa!- gritaba Tomi
-Deme doz- contestaba la Bugui, mostrando los dedos índice y mayor.

Hacía él el gesto de servir y ella el gesto de pagarle, el vuelto eran unas piedritas; después la Bugui finge comer ambos helados a la vez. Entonces Tomi le dice (con cara de ofendido)

-Ehhhh, Helena! No comás así de rápido, después vas a ser gorda...

Y mi sobrina se reía, mi vida, todavía no se ofende porque le digan gorda...

Pero la anécdota que quiero contar no es esta, sino una conversación mientras los tres (ellos y yo) merendábamos juntos.

Bugui (frunciendo el seño, gesto totalmente heredado de su tía): Tía... zabéz? El pezito negro se ha morido...
Yo: Ah, sí?
Bugui: Zi, y se caido en el poto y llorado y se morido. (Ella vio a mi hermano enterrando a uno de los perritos que agarraron de la calle y murió al poco tiempo (por eso lo del "poto"), y en realidad lloró ella, ja)
Yo: Bueno, no te preocupes, ahora está en el cielo.
Bugui: Con Dioshito?
Yo:
Tomi (que escuchaba con atención interviene): Tía (él cree que ese es mi nombre, jajaja) tá en el cielo el perrito de la Helena?
Yo: Sí.
Tomi (mira al cielo, y dice): Yo no lo veo.
Yo: Es que sólo se lo ve por la noche, cuando salen las estrellas.

[Piensa un rato y dice finalmente]

Tomi: Cuando yo tabaje voy a compar una escalera así de gande (gesto con la mano derecha hacia arriba y la izquierda hacia abajo) que llegue hasta el cielo, para que la baje a la Pelusa.

Yo: Quién es Pelusa?
Tomi: Mi perrita que también se morido y tá en el cielo con Diosito.

...

Casi muero de ternura, por la idea, por los gestos, por la seguridad con que lo decía; pensar que alguna vez fuimos así de inocentes...